Puente sobre el Rio Tirón, dejando atrás Belorado
sentidos en máximo rendimiento
al salir de Espinosa del Camino
Camino de los montes de Oca
Hacia el Alto de la Pedraja
Para ti
Arbustos generosos
A patear, moza
San Juan de Ortega
Otro peregrino
Pinar dejando atrás San Juan de Ortega
Encinas
A lo lejos, se divisa Agés
Arranco sin desayunar, camino sóla y féliz, devorando con los sentidos cada pradera, valle y colina. Receptiva con los encuentros. Sin prisa. A mi ritmo. Tras cruzar Tosantos y Villambista, y dejar atrás caminos llenos de barro, por la tormenta caída ayer, paro a desayunar en Espinosa del Camino. Allí coincido con Goyi y Cristina. Que cafés tan ricos ponen en el Camino. Hay que coger fuerzas para los Montes de Oca, temida etapa para los caminantes medievales por los peligros que acechaban.
El campo fertilizado.
Las tiritas y mis ampollas son amigas íntimas, como el Camino y las piedras.
La Sierra de la Demanda, frondosa y gris por el cielo cubierto. Con mis canciones trato de que salga por fin el sol, que hoy está tímido.
Pinos, senderos, caminos que se estrechan, flechas que no se encuentran, sorpresas que te llegan.
Francia invade hoy el camino.
San Juan de Ortega no aparece, no llega, a pesar de los kilómetros hechos, hoy más que nunca, hecho subjetivo.
Camino con calma, con pausa.
Una cerveza en San Juan de Ortega. Charlas con unos y otros.
Unguento del peregrino. Italia se queda en San Juan de Ortega.
Mis pies deciden seguir, mi mente subyugada obedece.
Rumbo a Agés, encinas, robles, pinos, praderas verdes, el sol aparece espontáneo. Cielo azul.
Felices reencuentros, Alemania (un colorado Miguel, la entrañable Sabina, el guapísimo Patrick), mis angelitos que también han parado por aqui (Cristina y Goyi) y nuevas amistades.
Amapola, la hospitalera española más simpática nos obsequia con una cena imposible de olvidar.
Recomiendo el albergue de peregrinos "El Pajar de Agés" (calle Medio Paralela, 12 de Agés - tfno: 947400629).