De Logroño a Azofra. 37 kilómetros. Locura.

Peregrino ¿quién te llama?
¿qué fuerza oculta te trae?

Eugenio Garibay (poema encontrado en la etapa)


..saliendo de la empedrada Logroño, para ir calentando los pies

..parque a la salida de Logroño

..Pantano de La Grajera

..Cielo y tierra, esencial, que más se puede pedir

..Se hace camino al andar..

La cruz, la carretera..

..Reciclar es posible.. Arte moderno..


Con mi colega zaragozano Fer, iniciamos esta etapa. Dejamos atrás Logroño por calles empedradas al compás del sonido metálico del bastón, que celebra nuestros pasos. Primeros parques. Paseantes y sus perros.
A nuestra izquierda, dejamos el Parque de la Grajera, con su pantano artificial, sus pescadores, y sus peces aún vivos, que no saben la que les espera... como nuestros pies después no sabrían la que les esperaría después de 37 kilómetros....
Sol, a pleno sol. Sol, que templa, calienta y finalmente quema.
Andar, caminar, avanzar. Llanuras onduladas, valles fértiles, goce en la vista.
Vides riojanas, vino en potencia.
Ruinas de un hospital de peregrinos, historia en el Camino.
Refresco en Navarrete, localidad en obras, que no invita a permanecer ni al hielo del vaso.
Campanarios a lo lejos. Ventosa, escudos nobiliarios. Vides y más vides.
Tramos de asfalto, caminos paralelos a la horrible nacional, intersecciones de conciencia.
Adelantamos. Nos adelantan.
Recuerdos de algunos que pasaron por aqui, con otro final.
Cruces. Cada cual que cargue con la suya.
Viva Corea y sus peregrinos.
Viva los pies en remojo.
Ultreyá, vamos más allá!!!

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