Sedienta de verdes prados. Etapas a cerrar. La encina solitaria. La naturaleza resplandece magnífica. A través del cristal, el intenso cielo azul, los rios presurosos. Hayas y pinos. Desfiladeros. El sol a mi vera. Colosal y trepidante llegada a Logroño.
Álamos juguetones con el viento. Campanarios que apuntan al cielo.
Recogida y acogida por Venus.
Magníficos hospitaleros del albergue parroquial.
Torre de Babel. Cena compartida con medio mundo, Alemania, EEUU, Francia, Italia, ...
Sentido de comunidad.
Comunidad que ronca. También esto es el Camino.
¡¡¡¡VUELVO!!!!
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